Las instalaciones eléctricas antiguas pueden poner en riesgo la integridad de una vivienda, local o establecimiento del tipo que sea, industrial o de otra índole. El paso del tiempo influye en el desgaste de los equipos porque al estar en constante uso, requieren revisiones que a veces derivan en una reforma de la instalación.
Los expertos afirman que renovar la instalación eléctrica vivienda a los 30 años de la inicial es más que conveniente, ya que trabaja muy forzada sobre todo teniendo en cuenta que cuando era nueva no tendría la carga de uso que tiene 30 años después.
Hace esa cantidad de años, el número de aparatos y electrodomésticos que ahora se tienen funcionando no era el mismo, ni los materiales empleados entonces tienen la misma calidad ni resistencia que los actuales. Solo con estas dos certezas ya es suficiente argumento para someter a revisión una instalación muy antigua que podría ser el foco de un accidente con origen eléctrico. Este es uno de los motivos que las compañías de seguros aducen al hablar de la siniestralidad de sus clientes, en un elevado porcentaje de naturaleza eléctrica que deriva en incendio.
Los cortocircuitos que se producen por un mal funcionamiento y sobrecargas eléctricas de una instalación antigua, a la cual hay que someter por ley a una revisión periódica que detecte anormalidades de los equipos y de los materiales, están a la orden del día.
Y ya que el mantenimiento y conservación de los inmuebles corresponde a los propietarios, de ocurrir un siniestro por falta de observar la ley vigente, ni las compañías se hacen cargo de las consecuencias. Y se puede desencadenar un problema de graves proporciones para el dueño de una vivienda o local.
Los instaladores eléctricos y agentes autorizados suelen encontrarse con instalaciones muy viejas que tienen mecanismos antiguos que hacen falsos contactos, soportan secciones de hilos muy pequeños incapaces de responder a las demandas eléctricas actuales y se calientan. Pero también hay propietarios que desoyen las más elementales normas de actuación con los equipos y los adulteran para lo que creen es una ventaja favorable. Finalmente es todo lo contrario y se puede evitar solicitando una revisión y la correspondiente reforma de la instalación eléctrica o partes de la misma.
Esta medida es garantía de seguridad y tranquilidad para los inmuebles antiguos y para todas aquellas instalaciones, ya que la inspección es obligatoria periódicamente. Pero hay usuarios que no cumplen con este requisito.