No concebimos un mundo sin electricidad. Los continuos avances de la tecnología imponen el uso constante de la energía eléctrica y el debate actual se centra en lograr energía barata, limpia y poco contaminante. Y en ellos están las compañías eléctricas, principales actores del panorama gestor de la electricidad mundial.

La energía latente en la naturaleza es la que el hombre se apresura a almacenar, y por eso los grandes ríos y lagos son fuente natural para la generación de energía. Pero también el sol y otros elementos fósiles con capaces de generar la fuerza que el hombre transforma en energía eléctrica en grandes instalaciones que la producen. Son las centrales hidroeléctricas las que conocemos más popularmente como fábricas de electricidad que proporcionan el suministro a las poblaciones del mundo. Pero no solo éstas, en la actualidad el planeta se abastece para su consumo eléctrico de otras fuentes que también son centrales eléctricas, como las nucleares, térmicas o de combustibles fósiles, solares, solares fotovoltaicas y eólicas.

Lo que siempre está en disquisición respecto de las fuentes de donde se obtienen los recursos es precisamente si éstos son renovables o no. Ni el carbón ni el gas presentan recursos renovables al menos a corto plazo porque lleva millones de años regenerarse. Sin embargo, energías procedentes del sol o del aire plantan cara a este problema porque son más fácilmente recurribles para ser transformadas en electricidad. Sin embargo, junto con la nuclear, sigue estando poco extendido su uso por razones poco claras para el gran público, o al menos lo que nos llega es una idea polémica que no acaba de solucionarse.

La mayor parte de la energía eléctrica mundial es consumida por la industria (37%), seguida del transporte con el 20%, un 11% en iluminación y climatización y el restante 5% en uso comercial y doméstico variado. Y de todos los países mundiales, los que consumen mayor volumen de electricidad son China y Estados Unidos, que también son los mayores consumidores de las 12.000 millones de bombillas que se encienden en el planeta.

Frente a estas cifras inevitables en apariencia, hace unos años surgieron voces procedentes del organismo Fondo Mundial de la Naturaleza, cuya iniciativa proponía una hora de apagón eléctrico voluntario con el que se pretende hacer descansar a la madre naturaleza de la furia extractora del hombre por sus recursos. Pero no parece incidir significativamente en el ahorro energético ni mucho menos, aunque suma conciencias para seguir investigando.

electricidad

© 2015-2023 Matyse desarrollos eléctricos S.L.